Amedeo Modigliani - Pintores malditos (I)







"Quisiera que mi vida sea un torrente fértil que recorra la tierra con alegría. Soy rico, estoy lleno de ideas, y sólo necesito trabajar. [...] Un burgués me dijo, hoy -con la intención de insultarme- que mi cerebro estaba siendo desperdiciado. Me hizo mucho bien. Todos deberíamos recibir un recordatorio como ese cada día."                                                       
Carta a Oscar Ghiglia


Una personalidad anárquica. Una infancia llena de tragedias y pobreza. Un rompecorazones con una salud tan mala que él mismo llegó a escuchar noticias de su muerte más de una vez. Hablamos del pintor y escultor italiano, Amedeo Modigliani, conocido como el “artista maldito”, un personaje marginal y autodestructivo. ¿Mito o realidad?
Amedeo Clemente Modigliani es reconocido por sus retratos de cuellos largos y figuras  lánguidas que a pesar de sus ojos vacíos miran con incertidumbre y melancolía. Su vida de excesos fue su perdición, pero más aún su amor por el arte.
Fue un artista bohemio con una vida marcada por la mezcla de drogas, alcohol, mujeres, pobreza y enfermedad. Su fama llego después de muerto.
Su inicio en la pintura fue a los 14 años con Guglielmo Micheli, a los 18 años se inscribió en la escuela libre del desnudo (Scuola libera di Nudo) en Florencia, y a los 19 años en el Instituto de las Artes de Venecia, ciudad en la que anduvo por los bajos fondos.
En 1906 a la edad de 22 años se traslada a París y en el Bateau-Lavoir, un falansterio para proletarios de Montmartre, conoce a Max Jacob, Van Dongen, Picasso, Guillaume Apollinaire, Diego Rivera, Chaim Soutine, Vicente Huidobro y otros personajes célebres.
Influenciado por Toulouse-Lautrec Amedeo se inspira en Paul Cézanne, el cubismo y la época azul de Picasso. También es evidente la influencia que ejercen sobre el Gustav Klim y Utamaro.
Es uno de los más grandes pintores europeos, su rapidez de ejecución le hizo famoso. Nunca retocaba sus cuadros, pero los que posaron para él decían que era como si hubiesen desnudado su alma.
En 1909 regresa a Livorno enfermo y deteriorado gracias a su forma de vida, mas tarde regresa a París y alquila un estudio, trabaja más como escultor que como pintor, y sobre esa marcha conoce a Paul Guillaume, un joven ambicioso que le presenta a Constantin Brancusi.
En 1912 se presento una serie de arte africano y camboyano en el Salón de Otoño pero tuvo que dejar de esculpir por que el polvo le causaba problemas de salud.
Sus amigos le llaman "Modì”, era un hombre que emanaba magnetismo hacia las mujeres y tuvo numerosos romances hasta que llego a su vida Beatrice Hastings, con quien estuvo dos años. Ella le sirvió de modelo en varios retratos, como "Madame Pompadour".
Cuando está bajo los efectos del alcohol, es triste y violento, como muestra el dibujo de María Vassilieff. Sobrio, es tímido y encantador, le gusta citar a Dante Alighieri y recitar poemas del libro del conde de Lautréamont Los cantos de Maldoror ("Les Chants de Maldoror") libro del que siempre tiene cerca un ejemplar.
En 1917 el escultor ruso Chana Orloffa le presenta a Jeanne Hébuterne, una estudiante de 18 años que había posado para Foujita. Cuando la familia burguesa de Jeanne se entera de esta relación con el que era considerado un depravado, le corta su asignación económica. Sus tormentosas relaciones se hicieron aún más famosas que sus borracheras
El 3 de diciembre de 1917 se celebra su primera exposición, pero horas después la autoridad la cierra por indecencia. Debido a sus problemas de salud, tiene que trasladarse a Niza con Hébuterne, que da a luz en 1919 a una hija a la que llamará Jeanne. Por sugerencia del marchante Guillaume, realiza una serie de desnudos (ahora sus obras más cotizadas), con la pretensión de venderlos a los millonarios que veranean en la Costa Azul, sin mayores éxitos
Sus desnudos, atrevidos para la época por ser demasiado explícitos y contener una gran sensualidad constituyen toda una lección de amor por el arte inspirado en la belleza femenina que tanto había condicionado su vida.
Es una belleza pura y objetiva, desinhibida y poseedora de un gran impacto visual. La presencia del vello púbico, que fue la causante del cierre de la exposición en la galería Berthe Weill, ya que según la policía fue un ultraje al pudor, supuso una gran diferencia frente a los desnudos antes reflejados en el arte. Casi siempre se muestran los cuerpos femeninos extendidos sobre camas, suelos y totalmente relajados en una exhibición sin miedo o vergüenza alguna. Sus retratos, a diferencia de los desnudos, mantienen oculta la identidad de la mujer convirtiéndose en más misteriosos y si cabe más melancólicos igual que la sombra de maldición que planeó sobre su genial don desde los tempranos años de su existencia.
Los retratos son a menudo de amigos y personajes conocidos como Max Jacobs (1916) o Jacques Lipchitz y su mujer (1917), pero frecuentemente representan a personajes anónimos como La criadita (1916). Sus múltiples desnudos femeninos, como Desnudo rojo con los brazos abiertos (1917, Kunsthaus, Zurich) rebosan una sensualidad lánguida y complacida; la línea que perfila los cuerpos es sutil, melodiosa y elegante; los ojos almendrados de los rostros dotan a las figuras de una mórbida melancolía que recuerda a Botticelli.
En mayo de 1919, vuelve a París, a la calle de la Grande Chaumière. Su salud se deteriora con rapidez ya que seguía con sus vicios. Tras un largo período en el que sus vecinos no sabían nada de él y después de una noche de excesos y de haber peleado con unos vándalos en la calle, le encuentran delirando en la cama a la vez que sostenía la mano de Jeanne embarazada casi de nueve meses. Lo único que puede hacer el médico es atestiguar que su estado es desesperado. Muere de meningitis tuberculosa el 24 de enero de 1920. Unos días antes había pedido el permiso al gobierno francés para contraer matrimonio con Jeanne.
Los más importantes artistas de Monmartre y Montparnasse siguen los funerales. Jeanne Hébuterne, llevada a casa de sus padres, se suicida tirándose desde la ventana de un quinto piso, después del funeral de Modigliani.
La hermana de Modigliani que vivía en Florecia, adopta a su hija huérfana. Ésta escribirá una importante biografía de su padre titulada: Modigliani: Hombre y mito.

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